Se conmemoran los cien años del nacimiento de un poeta oriolano, de un poeta nacido para cantar a la libertad, a los oprimidos, a los que sufrieron o continúan sufriendo, a esa mujer, que fue madre y esposa a la vez; a esos niños, que tantas veces sufrieron y lloraron por tener hambre y miedo a la guerra, o simplemente, a todo y a todos; en todos ellos flotan, burbujean y se entretejen los versos de Miguel Hernández, que todavía hoy nos emocionan y a la vez nos encantan.
Poeta oriolano, poeta autodidacta, voz de los campos y de los hombres, de los oprimidos y de los que sufren. Poeta que tanto leyó; cerebro indescriptible, poderosa fue tu poesía y ha sido ésta, la que ha prevalecido ya que te intentaron callar; y hasta se silenció tu voz; te fuiste, moriste en una celda, enfermo muy enfermo... pero tus versos han llegado hasta hoy y seguirán volando mucho más allá recordándote a ti; al poeta oriolano, la voz de todo un pueblo.
"Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos. (...)"
Y dijo Pablo Neruda de él: "Pocos poetas tan generosos y luminosos como el muchachón de Orihuela (...) ¡Nos toca ahora y siempre sacarlo de su cárcel mortal, iluminarlo con su valentía y su martirio, enseñarlo como corazón purísimo (...) arcángel de una gloria terrestre que cayó en la noche armado con la espada de la luz"
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