viernes, 5 de febrero de 2010

CUÉNTAME... ÁGUILA ROJA

Aquellos que véis la serie Águila roja seguro que no lo hacéis por motivos históricos ni literarios; sino mayoritariamente de entretenimiento que siempre está muy bien; pero voy a ser un poco cainita y voy a incidir sobre aquellos pequeños detalles que chocan y mucho. La verdad es que empezando por los modos y maneras de los personajes, imposible que sucediera un lenguaje tal y como se manifiesta en la serie. En aquella época, seguramente estamos hablando de los siglos XVI y XVII, se observa claramente que el papel de los guionistas solamente ha sido acercar esta serie a cualquier tipo de espectador, y creo que eso sí que se ha conseguido; porque con el cultísimo hablar de Lope o Quevedo quién hubiera entendido a quién; la gran mayoría seguro que no. Aunque una pequeña minoría nos hubiese encantado, que se volvieran a abrir programas como aquellas antiguas y no tanto, series de televisión española, pero sencillamente el cuéntame, ahora se reduce a otra cosa, no por ello peor sino simplemente diferente. Así que todo sea por la audiencia y por el divertimento de la gente.

Por otro lado, en cuanto a los hombres y mujeres que aparecen en la citada serie, es claramente evidente y sobre todo por parte del protagonista David Janer (que hasta parece grunge) hombres así no existirían en aquel siglo. Aunque realmente el actor lo hace bien y además; prefiero ver a este tipo de actor interpretando papeles como éste, que no vincular nuestros gustos televisivos a "tíos con pistola, musculitos y demás" la verdad, no es algo de mi devoción ni gusto, he de confesarlo. Pero en el fondo de todo esto subyace una pequeña ironía y sonrisa final, porque la huella del Quijote sí que está presente aunque no sea en el lenguaje ni en la formas ya antes mencionadas, pero sí en el protagonista y su "escudero"; aunque desgraciadamente éste disponga de unas claras referencias "serranianas" de unos tiempos horribles y decadentes.



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