Esta semana se fue el poeta, el hombre, el constructor de pensamientos y sentimientos, se marchó para no volver nunca más; se fue allá donde esa cruel dama del alba, siempre presente, encamina las almas y se las lleva consigo. No he leído mucho a Benedetti. pero lo poco que he podido leer ha conseguido que me acercará a esos "sus" pensamientos; a esos finos trazos que todo escritor transmite, y que con ellos, consigue atravesar el alma de los lectores y admiradores, gracias a la genialidad de su obra.
Es cierto, que en estos casos nos queda toda su obra ya que gracias a ella, jamás será olvidado y siempre será recordado por los que pululamos en estos momentos por aquí, pero también por todas las generaciones que vendrán, ya que con estas obras, conseguirán admirar y conocer la humanidad, la personalidad, el alma en definitiva, de este poeta, amigo de sus amigos. Hasta siempre Benedetti.
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